Base Bíblica:
“Todos los creyentes eran de un solo sentir y pensar. Nadie consideraba suya ninguna de sus posesiones, sino que las compartían. Los apóstoles, a su vez, con gran poder seguían dando testimonio de la resurrección del Señor Jesús. La gracia de Dios se derramaba abundantemente sobre todos ellos, pues no había ningún necesitado en la comunidad. Quienes poseían casas o terrenos los vendían, llevaban el dinero de las ventas y lo entregaban a los apóstoles para que se distribuyera a cada uno según su necesidad.” Hechos 4:32-35
Uno de los grandes distintivos mas sobresalientes de la iglesia del siglo primero fue, que “tenían en común todas las cosas”; Hechos 2 y 5 respaldan esta afirmación, el Espíritu Santo unió y fortaleció la vida y dinámica de su iglesia; tal como lo quiere continuar haciendo en nuestras vidas y células, en estos días. Es su propósito traer un avivamiento de multitudes de almas, llegando a su iglesia para ser discipulados.
Unidad es:
entrelazar nuestros corazones; desarrollando empatía “sentir con”, buscando no el bien propio sino del prójimo. Por ello, es que la unidad que el Espíritu Santo trae nos otorga paz (Shalom), la cual nos permite perdonar y reconciliarnos con aquellas personas que nos han ofendido o agraviado (Efesios 2:11-22)
La unidad que la iglesia primitiva experimento es por demás sobresaliente, no solo tenia que ver con estar armonía, sino que iba mas allá, consistía en colaborar, cooperar, y hacer equipo en toda la obra que tenia que ver con la iglesia.
Nosotros como lideres de célula, debemos impulsar es búsqueda del Espíritu Santo: Primero, para disfrutar plenamente de una comunión en lo personal. Segundo, para llevar a nuestra célula a vivir esa unidad que viene del Espíritu (Salmo 133), ya que solo así podremos tener el maravilloso fruto de la bendición y vida eterna. Tercero, para impactar a la comunidad de nuestro tiempo a través del buen testimonio de amor cooperación que tenemos como pueblo de Dios. Cuarto, para suplir las necesidades de las personas que se acercan a la iglesia.
7 Acciones que fortalecen la unidad de una célula:
1. Conocer la obra redentora que Jesús hizo en la vida de cada uno de los integrantes.
2. Colaborar con pasión por las metas de la célula.
3. Realizar cadenas de ayuno y oración en la célula.
4. Ayudarse en medio de las situaciones difíciles.
5. Perdonarse las ofensas unos a otros.
6. Motivar e impulsar a los integrantes desalentados.
7. Desarrollar una mentalidad de equipo y no solo de grupo.
